lunes, 8 de febrero de 2016

La verdadera historia del pecado original - Antonio Di Benedetto


A la luz de los conocimientos científicos modernos, se ha establecido que no fue la serpiente la que indujo a Eva a brindar su manzana a Adán.
En realidad, Eva dormía en el huerto del paraíso, a la sombra del manzano, cuando el fruto prohibido se desprendió y cayó, por la ley de gravedad que Newton enunciaría más adelante.
No sólo la golpeó con dureza, sino que la sacó de sus virginales sueños de doncella.
En su vecindad, Adán aguardaba que ella despertara, para invitarla, como todas las tardes, a inocentes juegos. Pero Eva lo creyó culpable: supuso que él, inmoderado en sus travesuras, le había arrojado la manzana a la cabeza. Entonces furiosa, le gritó:
—¡Te la vas a comer!
Él, intimidado, se la comió.
Ella quedó satisfecha.
Pero ya habían pecado.

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