viernes, 11 de marzo de 2016

Deuda – Sergio Gaut vel Hartman


Catáfito, el Judío Errante para algunos, Ahasverus, el sirio, para otros, llevaba dos mil años pagando una deuda, incrementada por intereses que ya superaban el capital original. Decía la leyenda —y él no tenía cómo refutarla— que su complacencia ante el sufrimiento ajeno, schadenfreunde, según Schopenhauer, había enfurecido a Cristo: “El Hijo del Hombre se va, pero tú esperarás su regreso”. Y él no había dejado de esperar. Cada siglo sufría enfermedades, dolor, angustia de muerte, pero no moría; sanaba y rejuvenecía hasta tener de nuevo treinta y tres años. Veinte veces había “casi” muerto, y siempre había superado la agonía para reiniciar el ciclo. Pero esta vez sería diferente: había aprendido un truco... Moriría durante unos minutos, serían suficientes.
—¿Cuándo regresará el Hijo del Hombre? —balbuceó una vez que alcanzó el Lugar. La respuesta lo golpeó como un mazazo en el cráneo.
—El Hijo del Hombre no trabaja más aquí. No está programada la Segunda Venida, por lo menos durante los próximos dos mil años.

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