sábado, 23 de enero de 2016

Hartura - Carlos M. Federici



Tras un sinnúmero de constantes y reiteradas perturbaciones de su sueño milenario, en 1937 el Gran Cthulhu consideró rebasado su límite de tolerancia.
—¡¿TE CALLARÁS POR FIN?! —rugió.
Sumiso, H. P. Lovecraft expiró.

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